Manteniendo el chasis, las llantas y la base del motor originales, se han hecho una serie de cambios que han modificado por completo su personalidad. El manillar destaca allí, en lo más alto, condicionando la posición de conducción. El faro se mantiene muy similar al de serie, pero ahora pintado en negro, al igual que las botellas de horquilla.
Para el motor, nada mejor que un filtro más abierto y unos escapes sin silencioso. En cuanto a la decoración, la mayoría de las piezas van pintadas en negro, pero al depósito y a la aleta trasera se las ha dado un trato especial en forma de llamas en plata y rojo, elegante y llamativo a la vez.
Info: Thunderbike
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